Cristina Escobar

Cris_acuarela

No me gusta hablar de mí sobre todo cuando se trata de destacar logros. He intentado que las compañeras me escribieran esta presentación. Ellas ven mejor mis cualidades que yo. Tienen una mirada limpia, libre de juicio y tan profunda que muchas veces cierran los ojos para mirarme.

No fui buena estudiante en el colegio. En mi clase había niñas que destacaban en una o varias materias. Yo era de las que apenas veía la pizarra, suspendía y me sentaba en la última fila. La creencia de no destacar en nada durmió conmigo muchos años. Lo que se me daba bien era trabajar. Me formé en cada uno de los puestos que he desempañado de controller financiera en formación, en la editorial o de productora ejecutiva en audiovisual. He realizado máster o cursos y con el método prueba y error me he ido desarrollando. Eso sí se me da bien, reconocer el error que dormía siempre a mi lado.

Cuando decidí emprender el camino de la escritura estaba dispuesta a fracasar.

La primera vez que escuché mi voz interior fue al escribir mi primer relato. La segunda vez que la oí, después de la clase: «Ya no pararás de escribir nunca». Con el paso del tiempo, creé un proyecto para un largometraje sobre una vivencia y escribimos el guion junto a dos amigos. La voz interior que creaba este proyecto (Unagui) buceaba ya en los parajes más profundos que hay en mí. Y cuando sale del agua con el traje de buzo lleno de pequeñas orugas, las dos sabemos que pronto serán mariposas.

Voy visualizando mis orugas para convertirlos en mariposas. Es un propósito vital y muy complicado. La mariposa no sería mariposa si no es antes gusano. Tengo orugas que se anclan a la tierra y no quieren volar. Heridas complicadas de sanar para mí sola. Pedir ayuda a quien te mira como si fueras una eterna mariposa y desde otra perspectiva es para mí vital en muchas ocasiones. Y ellas siempre están ahí si las necesito. Las voces interiores de mis compañeras de proyecto (Isabel, Mer, Sole y Bea) siempre tienen soluciones que proponen a mi voz interior. Entre las cinco una metamorfosis es mucho más sencilla

Mis proyectos