Isabel Cañelles

Isa_acuarela

Llevo toda mi vida corriendo y estoy cansada. Por eso he venido a recalar en el proyecto de La Voz Interior con mis compañeras de viaje. Empecé a correr huyendo de una infancia inhóspita llena de frialdad, silencio y maltrato. Atravesé a nado una adolescencia con muchos descubrimientos y corazas, luces y sombras. Me monté en el tren de una juventud repleta de fantasías e inconsciencia, en la que empecé a trabajar a destajo a la vez que me sacaba la carrera de Filología Hispánica. Hasta que, cuando tenía veintiocho años, se murió mi padre y el tren se paró en seco. Ahí empecé a escalar a pie la montaña de una madurez en la que hice —medio anestesiada— lo que se suponía que tenía que hacer (casarme, tener hijos, fundar una empresa, escribir un libro…). Cuando llegué a la cúspide, me di cuenta de que no era eso. Así que me tocó desescalar la montaña del autoengaño divorciándome, abandonando la empresa, yendo a terapia, mirando de frente mis traumas y descolgándome por fin de un sistema de creencias sin pies ni cabeza. Ahí comenzó la parte más interesante de mi vida: creé una editorial, y luego el proyecto Escribir y Meditar, que luego se convirtió en Escribir para Sanar. Me di cuenta de que no tenía que hacer lo que todo el mundo, sino que cada cual está llamado a hacer su propio camino, y la gracia de la vida (también la mayor dificultad) está en descubrir las intangibles miguitas de pan que te lo señalan. Mi camino (de lo más tortuoso) me ha traído en los últimos tiempos hasta este remanso, en el que con Cris, Sole, Mer y Bea, nos hemos decidido a dejar de correr y de luchar contra la vida en burbujas individualistas, y en vez de eso apoyarnos unas a otras, sacar por fin nuestra voz interior e incentivar a que lo hagan quienes nos quieran acompañar en este tan necesario grito de libertad.